a disección aórtica es la salida de sangre a través de un desgarro en la íntima de la aorta, con separación de las capas íntima y media y la confección de una falsa luz (canal). El desgarro en la íntima puede ser un evento primario o deberse a una hemorragia dentro de la capa media. La disección puede ocurrir en cualquier porción de la aorta y se extiende en dirección proximal o distal hacia otras arterias. La hipertensión arterial es un factor contribuyente muy importante. La entidad produce dolor torácico o dorsal lacerante de comienzo súbito y puede provocar insuficiencia aórtica y compromiso de la circulación en las ramas de la aorta. El diagnóstico se basa en los resultados de los estudios de diagnóstico por la imagen (p. ej., ecocardiografía transesofágica, angiotomografía, RM, aortografía con contraste). El tratamiento siempre implica el control agresivo de la presión arterial y la obtención de imágenes en serie para controlar la progresión de la disección. En la disección de la aorta ascendente y en algunas disecciones de la aorta descendente, se requiere reparación quirúrgica de la aorta y la colocación de un injerto sintético. Las prótesis intravasculares se emplean en algunos pacientes, en especial cuando la disección compromete la porción descendente de la aorta torácica. Una quinta parte de los pacientes muere antes de llegar al hospital y hasta una tercera parte fallece como consecuencia de complicaciones operatorias o perioperatorias.