La cirugía bariátrica es la alteración quirúrgica del estómago, el intestino o ambos para perder peso.
Los pacientes candidatos a la cirugía bariátrica deben:
Tener un IMC > 40 kg/m2 o > 35 kg/m2 más una complicación grave (p. ej., diabetes, hipertensión, apnea obstructiva del sueño, perfil lipídico de alto riesgo).
Quienes tienen un riesgo quirúrgico aceptable
Están bien informados y motivados
Han intentado, sin éxito, todos los métodos no quirúrgicos razonables para perder peso y manejar las complicaciones asociadas con la obesidad
Aunque los estudios han demostrado que la cirugía logra la remisión de la diabetes en pacientes con un IMC de 30 a 35, los datos en el largo plazo son limitados, y el uso de la cirugía bariátrica es controvertido en pacientes con un IMC inferior.
Las contraindicaciones incluyen
Un trastorno psiquiátrico no controlado, como la depresión mayor
Abuso de drogas o alcohol actual
Cáncer que no está en remisión
Otra enfermedad potencialmente mortal
Incapacidad para cumplir con los requerimientos nutricionales, incluida la reposición de vitaminas de por vida (cuando estuviera indicado)
En los Estados Unidos, los procedimientos realizados con mayor frecuencia son:
La mayoría de los procedimientos se realizan por vía laparoscópica, lo que disminuye el dolor y el tiempo de curación en comparación con la cirugía a cielo abierto. Tradicionalmente, se ha clasificado a la cirugía bariátrica como restrictiva y/o malabsortiva, en referencia al mecanismo presuntivo de la pérdida de peso. Sin embargo, otros factores parecen contribuir a la pérdida de peso; p. ej., el BGYR (tradicionalmente clasificado como malabsortivo) y la GM (tradicionalmente clasificada como restrictiva) causan cambios metabólicos u hormonales que favorecen la pérdida de peso y la saciedad y otros cambios hormonales (p. ej., un aumento de la liberación de insulina [efecto incretina]) que parecen contribuir a la rápida remisión de la diabetes. Después del BGYR (en particular) o la GM, aumentan los niveles de algunas hormonas gastrointestinales tales como el péptido semejante al glucagón-1 (GLP-1) y el péptido YY (PYY), contribuyendo tal vez a la saciedad, la pérdida de peso y la remisión de la diabetes. EL aumento de la sensibilidad a la insulina es evidente inmediatamente después de la operación, antes de que ocurra la pérdida de peso significativa, lo que sugiere que los factores neurohormonales son importantes en la remisión de la diabetes. Un cambio en el microbioma intestinal también puede contribuir a modificaciones en el peso después del BGYR.