Un diámetro de la aorta abdominal ≥ 3 cm constituye en forma típica un aneurisma aórtico abdominal. La causa es multifactorial, pero la aterosclerosis a menudo está involucrada. La mayoría de los aneurismas crecen lentamente (~10%/año) sin causar síntomas, y la mayoría se encuentran de manera incidental. El riesgo de rotura es proporcional al tamaño del aneurisma. El diagnóstico se establece por ecografía o TC. El tratamiento es la cirugía o la colocación de prótesis intravascular.
La mayoría de los aneurismas aórticos abdominales son asintomáticos. Los síntomas y los signos, cuando ocurren, pueden ser inespecíficos, pero generalmente son el resultado de la compresión de las estructuras adyacentes. A medida que estos aneurismas se expanden pueden causar dolor, que es agudo, profundo, terebrante, visceral y se percibe sobre todo en la región lumbosacra. Los pacientes pueden notar una pulsación abdominal anormalmente prominente. Aunque la mayoría de los aneurismas crecen lentamente sin síntomas, los aneurismas que se agrandan rápidamente y que están a punto de romperse pueden ser hipersensibles.
El aneurisma puede palparse como un tumor pulsátil o no palparse, lo que depende de su tamaño y del hábito corporal del paciente. La probabilidad de que un paciente con un tumor palpable pulsátil tenga un aneurisma > 3 cm es de alrededor de 40% (valor predictivo positivo). También puede auscultarse un soplo sistólico sobre el aneurisma.
Los pacientes con un aneurisma oculto en la aorta abdominal a veces se diagnostican ante la aparición de síntomas de las complicaciones o de la causa (p. ej., fiebre, malestar general o pérdida de peso debido a una infección o a vasculitis).